Comunicado Capitular Nº 5
Roma, Miércoles 29 de junio de 2016
En la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, del día de hoy, las Madres Capitulares hemos participado de la Santa Misa en la Basílica de “San Pedro”, en el Vaticano. La celebración fue presidida por el Santo Padre Francisco, durante la cual bendijo los palios de los Arzobispos Metropolitanos nombrados en el curso de este año, los cuales les serán impuestos luego por un Representante Pontificio en sus propias Iglesias Metropolitanas. Al inicio de la ceremonia, los Arzobispos presentes pronunciaron ante el Santo Padre la fórmula de juramento de fidelidad y obediencia a la Santa Iglesia y al Sumo Pontífice, así como a sus legítimos sucesores.
Damos gracias a Dios por la oportunidad de celebrar esta hermosa y tan significativa Solemnidad de los Santos Apóstoles patronos de Roma, junto a la persona del Santo Padre.
Al mediodía, tuvimos la alegría de recibir la visita de S.E.R. Card. Theodore McCarrick, quien compartió el almuerzo con nosotras. Al final del almuerzo nos dedicó algunas reflexiones como por ejemplo la devoción a la Virgen María que tenemos que tener siempre en nuestras vidas, a imitación del Negrito Manuel con la Virgen de Luján, quien solía repetir sencillamente pero con gran profundidad, “Soy de la Virgen, no más”.
Por la tarde se retomaron las sesiones capitulares, dedicadas a continuar evaluando el trabajo en las Casas de Formación. En este caso, la M. María de la Anunciación Prieto presentó un informe sobre los Estudiantados. Por su parte, la M. María de Šiluva Mikalonis expuso acerca de las Responsables de la Formación, refiriéndose a la importancia de la selección y formación de las Formadoras y presentando la realidad actual de la formación en nuestras provincias. También presentó los modos referidos a este tema, que han sido elevados para estudio del Capítulo General.
Finalizadas las sesiones tuvimos la Adoración Eucarística y el Sacramento de la Penitencia y luego de las Vísperas solemnes, la M. María de Anima Christi dio las Buenas Noches.
Tomando pie del Evangelio de Juan (Jn 21, 16, 18-19), la Madre comentó: «Inmediatamente después de que Jesús interrogó a San Pedro sobre si lo amaba, le encargó guiar a sus “ovejas”. Jesús le hace entender a Pedro, la roca sobre la cual construyó su Iglesia, que sería llevado a la cruz. De algún modo dice esto mismo a cada persona que cumple con un cargo en la Iglesia. Cada superior ha de entender que los cargos implican servicio, y para cumplir con su mandato será llevado a lo desconocido, a lo no deseado, a los lugares de dolor. Todo liderazgo religioso termina en la cruz. Es un liderazgo que muchas veces hace experimentar la impotencia y requiere la humildad que nos reveló Jesús, cuya cátedra fue la cruz. Solo con un amor profundo hacia Jesucristo se prepara el alma con la disposición necesaria para seguirlo adonde Él quiera, confiando plenamente que Él es “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6)».
La Madre también mencionó que hemos de actuar como en una familia, buscando el bien común, más que el bien personal: «hemos de cuidar mucho el mantener vivo el ideal de la unidad en la diversidad, de la verdad en la caridad. Si actuamos así, Dios otorgará su bendición».
Casi a modo de conclusión recalcó que no escapa a la Providencia de Dios que nuestro IV Capítulo General Ordinario se celebre en el Año de la Misericordia, querido por el Papa Francisco, por lo que finalizó encomendando el Instituto a la Santísima Virgen, Madre de la Misericordia, pidiéndole a Ella que las Servidoras seamos el reflejo de Su rostro en este mundo.
Por la noche la cena estuvo organizada por las Madres y Hermanas Capitulares de la Provincia “Madre de Dios Emperatriz de China”, quienes, ayudadas por las Hermanas estudiantes oriundas de la misma Provincia, prepararon platos típicos de los países de la jurisdicción. La recreación estuvo animada con una presentación de fotos y videos de las distintas misiones de la Provincia y cantos típicos.
María de Bethlehem Pinciroli
Vocero Oficial